De acuerdo a las autoridades, de toda el agua potable producida hay un 33% de ella que no se factura y el origen de estas pérdidas radica no sólo en fugas en las líneas de abastecimiento del vital líquido, sino que también por la intervención que hacen los campamentos que no están registrados, lavados de estanques de almacenamiento o copas de agua y también lavado de las redes, además de los ilícitos que cometen los abonados.
Pero hay otro factor que también incide en esta pérdida de AGUA NO FACTURADA (ANF), y que incumbe a los instrumentos de medición de los consumos o medidores de agua potable que son los que registran los consumos.
Se ha demostrado que un 5% del agua que pasa por los medidores con sistema de relojería no es detectado por este instrumento, sin embargo han desarrollado nuevos sistemas de medición que reduce esa pérdida a un 2%, logrando de esta forma incrementar la facturación en un 3%.
Las compañías sanitarias junto a la Super Intendencia de Servicios Sanitarios (SISS), acordaron reducir a un 25% el ANF (Agua No Facturada) a nivel nacional, para lo cual firmaron un compromiso denominado “Hoja de Ruta”, en la que se plantean diversas acciones para alcanzar el objetivo en la próxima década.
Se espera que ningún sistema de agua potable urbano tenga un porcentaje de ANF que supere el 40% al año 2033 y que el promedio a ese año baje al 29%.
Al año 2023 algunas de las compañías que presentaban la situación de ANF más altas, se encuentran Smapa cuenta con un 48,6% , Sacyr Agua Chacabuco aporta un 45,3% de ANF, Esval un 37,2% de ANF, Aguas Andina un 32,2% de ANF.
Sin duda que el control de las actividades que se espera permita disminuir estas pérdidas deben estar incluidas en las políticas públicas y que significaran costos que sin duda afectaran los márgenes de dichas compañías, sin embargo no hay que perder de vista que en la actualidad si bien hay un alto porcentaje del agua potable que se produce no es facturada, no es menos cierto que el costo de producirla incide en el valor final del agua que paga el consumidor, por lo que podríamos esperar que en los próximos años el aumento de los precios presente una curva menos pronunciada.
Finalmente no debemos olvidar que la crisis hídrica que afecta a nuestro país es un factor a considerar, ya que también aporta un porcentaje no menor a la situación que actualmente afecta a las compañías sanitarias.
